lunes, 12 de abril de 2010

11. Aunque los escépticos digan lo contrario

Hola amig@s:

Decir no, a veces, es imposible, ¿no creen?

En esos días, Bruno y yo, tuvimos la oportunidad de hablar sobre nuestro primer encuentro y su actitud hacia mí, cuando apareció en la clase de Imaginación y poder. Todo fue un mal entendido. Se sentía celoso de los compañeros; además, se imaginaba que yo lo ignoraba y pensó que actuando distante haría que yo me interesara en él. Y tuvo razón. Todo eso ya lo hemos superado; actualmente el entusiasmo ha sido una constante en nuestra relación. Estamos felices, somos felices. No podemos dejar de besarnos cuando estamos solos. Nos deshacemos en palabras de amor, en caricias interminables, en besos violentos. Vivimos nuestro romance a escondidas de todos. La discreción fue un requisito para animarme a andar con él, y lo hemos cumplido. Sólo él y yo conocemos el secreto y esto vuelve la relación más íntima. Aunque es sólo el comienzo, no nos es posible estar apartados uno del otro ni un momento; nos necesitamos y vivimos nuestra pasión con entrega. Ha sido chidísimo. Por vez primera soy feliz, enormemente feliz. Bruno ha llenado mi vida de alegría.
A los escépticos que piensan que una mujer sólo puede ser feliz con un hombre mientras no lo ame, debo decirles que están equivocados.

Amig@s, espero que puedan alegrarse conmigo.

Un beso, Miranda

martes, 6 de abril de 2010

10. El amor es como el agua salada; cuanto más se bebe, más sed da.

Hola amig@s:
Siento que no han entendido bien mi relación con Bruno. Él no es un patán, como tu amigo Camila. Cuesta trabajo entender qué haces saliendo con un chavo de esa calaña. Tipos como este que describes sobran y sólo hacen infelices a las mujeres, además de meterlas en líos. Embarazarse de un fulano así es realmente triste.
Aunque Marcos opine que las mujeres somos desesperantes, así en plural, quiero aclararle que no todas somos iguales. Yo me sé cuidar. Además, Bruno es diferente, se preocupa por mí, me acompaña a todos lados, está involucrado en la relación, trata de hacerme feliz en cada momento y lo consigue. Tuvo sus malos ratos, que me afectaron profundamente, lo reconozco; pero, afortunadamente, ahora es otra persona.
Mi compañero es un chavo muy atractivo, no es nada feo, todas en el salón quieren con él y me da mucho gusto que se haya fijado en mí. Creo en el amor y no espero, como comenta Margarita, que en este momento de la historia, en pleno siglo veintinuno, un compañero de estudios tenga que proponerme un compromiso serio cuando todavía nos estamos conociendo. Vivimos ya el bicentenario de la Independencia, el centenario de nuestra Revolución, y cada día nos desayunamos con noticias de avances técnicos sorprendentes, como el hecho de que se han logrado acelerar partículas con energías similares a las que ocurrieron en el Big Bang, en el origen de los tiempos. No podemos vivir nuestra vida como en tiempo de nuestros bisabuelos que no conocían ni el teléfono.
Estoy de acuerdo con Anahí. Es necesario tomar control de nuestra vida y no permitir que sea el otro el que decida nuestro destino. Reconozco que me he dejado llevar por mis impulsos y no he sido capaz de poner un hasta aquí a todo esto. Desgraciadamente, mis emociones fueron más fuertes que yo; sin embargo, creo que ya es demasiado tarde para echar marcha atrás. Soy feliz y, por primera vez en mi vida, siento que he dejado de existir, para vivir realmente.
Con respecto a la culpa, creo que ésta es una parte esencial de la educación. Yo siempre me he sentido culpable. ¿De qué? preguntarán. De todo.¿Ustedes no? Supongo que estarán de acuerdo conmigo que es imposible vivir de espaldas a este sentimiento agobiador.  
Un beso, Miranda